El montañismo es el deporte más noble entre todos los que se conocen, por su profunda e intensa significación, encontrando en su práctica el montañero la perfección física y moral, lo que unido a la gran satisfacción que se siente en la montaña hace que se encuentre el hombre a sí mismo. Es el deporte por excelencia ya que tiene una honda significación: el hombre va en busca de sí mismo, quiere encontrarse, desea ser solamente espíritu y lo consigue, va tras la verdad más pura, la belleza más sublime, la libertad más absoluta.

El montañero es un deportista y camarada que puede llegar al sacrificio en bien de los demás si fuera necesario, se caracteriza por su buen carácter, gran espíritu de sacrificio, lealtad y abnegación, con una ausencia absoluta del egoísmo y del afán de lucimiento.

En la montaña se busca la paz, la libertad, el gozar de la vida al aire libre, en su práctica no existe competición, no es una lucha artificial sino natural, es una superación de uno mismo, ante las dificultades que nos ofrece la montaña, en ella no existen espectadores que puedan aplaudir los actos de los deportistas solamente son espectadores vivos las aves, los animales, las plantas y las flores. No se busca el récord; el triunfo no es material sino espiritual, siendo la meta la cumbre, lo desconocido y el premio la belleza sublime de la propia naturaleza. Los que se aventuran a la montaña es para conocerla, dominarla, ganar la cumbre y regresar contentos, con la mirada y expresión de hombres que se han realizado y han osado más allá de las condiciones de ellos mismos.

Thursday 19 August 2010

Ago 19, Jueves

Hoy el Sincholagua nos ha ganado la partida con un órdago. Se presentaba como un adversario digno, difícil, aunque asequible en principio (mi libro lo define como: 4,893m, con Grado III, 70⁰, los últimos 20m).

Josu no es mi pareja de mus habitual, sin embargo, nadie mejor que él para esta ocasión Antes de empezar se sirven las copas: Destorni para Josu, bien cargado (lleva la cuerda), y Patxaran para mi, Sincho va servido. La jugada empieza fuerte, viendo como Sincho nos aprieta desde un primer momento (hay un gran desnivel).

En un inciso saco 2 minutos para hablar con mi madre (hay cobertura). La conversación de todas las tardes del día de Nochevieja cuando bajo a echar la tradicional partida de mus con la cuadrilla se repite:

- Qué tal?

- Todo muy bien.

- Vale, andad con cuidado.

- Si ama, tranquila, como siempre.

Retomamos la partida, y Sincho vuelve a apretar, nos pega un “envido” (tramos de roca suelta que necesitamos escalar). Tenemos buenas cartas (todo el material de escalada), por lo que lo aguantamos. Sin embargo, en la siguiente arremetida miro a Josu. Me dice que no lo ve claro, y con un gesto me da a entender que “paso” (no se distingue una vía clara). OK, sin problemas, respondo yo.

Es en ese momento cuando Sincho ataca sin piedad y nos mete el “órdago” (el cielo se cierra sobre nosotros y en menos de 5 minutos todo queda cubierto de nieve). Tenemos que abandonar la partida cuanto antes, lo cual no parece fácil. Se producen momentos de tensión y nerviosismo (al rappelar la cuerda se engancha en las piedras y no encontramos una roca para hacer el ultimo rappel). Finalmente acaba la partida (abandonamos una cinta y conseguimos hacer el rappel que nos saca de allí).

Uno a cero para Sincho. El desaparece bajo la niebla, nosotros salimos derrotados pero enteros, por lo que podremos volver a jugar mañana (me abrazo a Josu). Esta vez la retirada es lenta (11 horas andando en total), aunque sin las tradicionales zetas de Nochevieja.

2 comments:

  1. Acuerdate de la pastillita que ya veo que esta semana se te ha olvidado tomarla

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  2. No seran esas pastillas que me diste cuando me dolia el cuello?, y luego me dices que son para la cagalera...

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